lunes, 13 de enero de 2014

Campanas

Dicen que cuando uno tiene una pérdida muy grande en la vida, se da cuenta de las cosas realmente importantes.
Se da cuenta de que no importa tanto tener el mejor de los empleos, ni la mejor de las profesiones, ni la mejor de las reputaciones.
Se da cuenta de que lo único importante que hay en esta vida, es la gente a la que uno ama.
La gente que necesitamos.
La gente que le pone significado a cada uno de los días que nos toca vivir.

Y cada día, independientemente de las enfurruñadas y los enchinchamientos cotidianos, me despierto a su lado y lo saludo con un te amo.
Y cada noche, me besa los ojos y me repite una y otra vez que me ama, sin importar si llueve o hace calor, o si el país se incendia.
¡Qué manera tan deliciosa de dormir!

Y cada día nos besamos, y nos amamos y nos miramos a los ojos y nos encontramos.
Y nos hacemos felices, casi sin intentarlo.
¡Qué manera tan deliciosa de vivir!

Y nos dimos cuenta de que esto es lo que queremos y necesitamos y lo único que realmente importa.
Y nos dimos cuenta de que si vivimos así, ya no le tememos a la muerte, porque cada día es mejor que el anterior. El mejor.

Por todo eso, suenan campanas.
A lo lejos, en un par de meses, las haremos sonar por nosotros.







3 comentarios:

JLO dijo...

hermoso... y ojalá siga así! salu2...

xirda dijo...

Ysi hay casorio yo te voy, en zunga pero te voy!!!

Porque hay abrazos, caricias, miradas que no deben llevar palabras; solo gestos.
Pero igual te aviso que al casorio te voy!

Beso beso

Guillermo Altayrac dijo...

Que suenen las campanas, pues.
¡Felicitaciones!