Suelo caminar por esta, mi ciudad que amo, viendo cómo respira, como late, como vive. Casi siempre la veo a escondidas, detrás de grandes anteojos de sol, para mirar, sin ser vista. Así, a veces descubro historias, descubro música visual.
Colectivo, una adolescente, de unos catorce años, vestida con uniforme de cuadrillé verde, con el pelo recogido en esas colitas que nunca voy a entender, que parecen un nido de reciénmelevanto. Mira disimuladamente a su costado, sonríe y se sonroja. A su lado, un chico de unos 17 años, pelo medio largo, medio rubión, con los auriculares en sus oídos, no se da cuenta que lo miran, está muy ensimismado en su celular. La chica lo vuelve a mirar. Baja la vista, nerviosa. Lo vuelve a mirar.
Peatonal, camino rápido rápido, muchos expedientes en mano, cartera y bolso. Un señor que vende medias me dice a viva voz, mientras me acercaba... Llamás la atención con esa sonrisa hermosa. Me río y me sonrojo. Se dan vuelta dos mujeres a mirarme, ambas de unos treinta y pico de años, me evalúan y lo miran al señor de las medias, casi reprochando el atrevimiento.
Mediodía, cerca de tribunales, mucho tránsito. Un chico que limpia los vidrios vuelve del kiosco, le da a su compañera un chocolate, mientras le acaricia el pelo rápidamente, antes que corte el semáforo de nuevo. Luego los dos se acercan auto por auto, sin esperar respuesta, se lanzan a enjabonar el parabrisas del primero que ven. El conductor los mira mal, mientras busca monedas, o simula hacerlo. Todo bien maestro... le dicen mientras se alejan. Hoy están de buen humor parece.
Siete de la tarde, centro de Córdoba. Va amainando la cantidad de gente en la peatonal. Muchas parejas de la mano, casi todos adolescentes, despeinados, llenos de aros, con la ropa desarreglada y las mochilas sucias. Una chica de veintitantos sale de su trabajo, tiene cara de cansada, habla por su celular. Hola amor, recién salgo, nos vemos en un ratito.
Hay días en que parece que todo el mundo se tiñe de rosa.
O eso, o cada uno ve lo que quiere ver...
3 comentarios:
A veces tenemos que mirar lo que necesitamos mirar, y si ves cosas tan lindas o rosas también hacen bien.
:)
uh! ni me lo digas.
estoy novelera y celestina mal! No sé si es noviembre o la primavera pero veo finales de comedias románticas hasta esperando el colectivo.
copado!
Pero casi me lo pierdo! Buenísimo Dana. Y sí, todo depende del color del cristal...Y como el cristal en definitiva lo elegís vos. Igual, más que el color, creo que lo importante es lo que uno "procesa" con lo visto. Y más aún, estaría bueno que aún viendo todo gris, uno pudiera actuar como si fuera naranja o amarillo.
Y sí, es de noche, y mis cristales se van apagando...beso!
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