domingo, 10 de enero de 2010

Decisión

Tengo que. Debo.
La elección no es voluntaria, es imperativa.
¿Sigo? No tiene sentido alargar el sufrimiento que inevitablemente nos levantará en vilo y nos arrastrará por calles y calles de ciudades diferentes. La distancia no es sólo física. No te siento y me duele el vacío que tendría que estar pero no encuentro. Pero tu nombre se me pega en los labios. Entonces...
¿Freno? Se me despegan los tatuajes de tus besos de la piel y cada uno me recuerda que te extraño. Ese chiste tonto que te encanta, ese juego idiota que sólo nos pertenece a los dos, esos lugares comunes que antes eran míos y hoy tienen tu nombre, tu aroma. Mis pies que se sienten fríos y el nudo de extremidades que tendrían que calentarlos. Todo te nombra. Pero son recuerdos que se van eliminando de a poco, que se van destiñendo.
Sería mas fácil decidir si no te quisiera. Pero te metiste adentro de la parte intangible, llenando huecos que antes no sentía como vacíos. Sería más fácil si te odiara. Pero no puedo odiar ni tus palabras hirientes. Sería más fácil si mirara a otro. Pero no encuentro miradas que me miren como la tuya. No miro a los demás como te miro a vos. Sería más fácil si supiera qué me pasa. Pero creo que una vez más, mi instinto de libertad me está usurpando la razón.
Pero hay algo que es seguro y determinante. El sabor a amargura que siento en mis labios que no te besan más.

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