viernes, 20 de abril de 2012

Hablar solo

Me pasa que me gusta hablar. Mucho. Me gusta intercambiar opiniones, disfruto de conocer a los demás, me resulta interesante escuchar lo que dicen. Pero por sobre todas las cosas, me gusta que los demás escuchen lo que tengo para decir.
A pesar de que la mayoría de las veces lo que tengo para decir son pavadas varias. Igual quiero decirlas.
La cosa es que me pasa que cuando voy por la calle, o estoy en el colectivo, o de alguna u otra manera de desplazo de un lugar a otro, mi mente deambula por temas varios, manteniendo una conversación conmigo misma que pocas veces tiene fin. Como ya lo demostré anteriormente, estas conversaciones raramente tienen un mismo tono, ya que puedo ser varias voces al mismo tiempo. Por este motivo, muchas veces mientras voy caminando, voy hablando sola. Pero no en voz alta, como los locos (bah, no que yo sepa... vaya a saber...) sino en un debate interno interminable que está plagado de diferentes puntos de vista los cuales son todos democráticamente oídos.
 La cosa es que por ahí, en medio de estas conversaciones, algunos de mis pensamientos me sorprenden por su genialidad (jaja) y pongo cara de "mirá vos" o de "nah, no puede ser". Y son caras que son muy fácilmente identificables...
 Nunca me había fijado... pero los otros días en tribunales, vi a un colega que iba claramente hablando consigo mismo, y, por la cara que ponía, no le estaba yendo muy bien en ese debate interno. A partir de ese momento, me fijé con más atención... y parece ser que los abogados en general tienen esta afección de hacer caras mientras hablan solos...

Una de dos:
 1) Tanto nos gusta hablar, que no paramos por una nimiedad como el hecho de que nos falte partenaire para mantener la conversación.
o...

 2) Los abogados... estamos todos locos....

7 comentarios:

f dijo...

casi...

Dany dijo...

Las discusiones internas son mis favoritassssss. No es privilegio ( o tortura) solo de los bogas. Un beso!

Malena dijo...

A mi me suele pasar que voy caminando y se me ocurren cosas re graciosas y no tengo con quien comentarlas .... y me da una rabia.

El otro dìa, por ejemplo, pasé por la estación de bomberos. A la famosa estatua del bombero que sostiene un niño en brazos se le había roto la parte del talón del nene. Yo pensé: Puta, si llegaban antes capaz que le salvaban el piecito. Y me empecè a reir sola como una pelotuda. Hasta que notè que la gente me miraba raro y me empecè a comportar de nuevo como una señora seria.

A.Torrante dijo...

Que los abogados están locos es una certeza, pero no tienen la exclusividad. Yo que paso gran parte de mis días sólo tengo cada conversación, y muchas suelen terminar con un:

¡¡¿¿Pero porque no te vas un poco a la mierda boludo!!!??
Y el otro responde, mientras me toca en el hombro: Ya llegué.

Temo el día que exclame: ¡¡Chupámela boludo!!!

Café (con tostadas) dijo...

¡¡¡¡¡las dos cosas!!!!!

(y más, porque no es exclusivo de los abogados, posta ;))

Guillermo Altayrac dijo...

Ah, piba... Yo no soy abogado y hago lo mismo.
Es más, andando por la calle, a veces, cuando nadie me ve, hablo un poco para afuera.
Sí.

Guillermo Altayrac dijo...

No tengo el gusto de conocer a la madre de Stifler, no he visto American Pie. ¿Cómo era la madre de Stifler? ¿Ah?
Besotes para ti y gracias por pasar.