martes, 2 de agosto de 2011

Just Met Rush

Toda mujer es una psicópata en potencia.
Y en realidad, estoy utilizando el término "psicópata" no desde una perspectiva científica, sino desde una perspectiva vulgar. Porque está claro que no soy psicóloga ni nada. O sea. No me rompan las bolas con que realmente, lo que voy a describir no es de psicópata y eso. Lo es desde el prejuicio de la gente ignorante como yo que utiliza palabras científicas sin conocer bien el significado, sólo para ilustrar un punto de vista. Hecha esta aclaración, prosigo.
Decía, TODA MUJER ES UNA PSICÓPATA EN POTENCIA. El tema es que sabemos controlarnos. A veces.
Cuando recién conocemos a alguien que nos gusta, tenemos este brote psicótico que a duras penas podemos controlar. Es típico. Sos una mujer independiente, que puede estar sola, que puede funcionar perfectamente sin un hombre al lado, que se quiere a sí misma, que es completa. (Gracias a Sofía M. que me inspiró con su post) Y cuando conocés a alguien nuevo, que realmente te gusta... te convertís en una persona que quiere estar constantemente escribiéndole, viéndolo, llamándolo... ahogándolo. Te convertís en una obsesiva horrible que lo único que quiere es estar con él. Querés escribirle ochenta mensajes por día, para que sepa que estás pensándolo. Querés verlo aunque sea cinco minutitos, en el break del trabajo. Fantaseás con que te diga que sos la mujer de su vida y que nunca va a amar a alguien como a vos. O sea. Te convertís (por dentro) en otra persona.
Y digo por dentro, porque es bien sabido que nos reprimimos. No hacemos todo lo que queremos. Nos controlamos. De los ochenta mensajes, mandamos cuatro. Nos autocontrolamos para no decirle que nos veamos todo el tiempo y nos intentamos manejar para que cuando el otro (que no está en un brote psicótico y se mantiene pegado a la realidad) arregla para que nos veamos dentro de tres días no nos agarre un ataque. Tres días no es nada. Tres días son una eternidad.
Esa mujer independiente que le llamó la atención lo suficiente como para ver qué pasa... ha perecido bajo los efectos del "Just Met Rush". Si no controlamos el brote, el pobre chabón no va a entender jamás qué mierda nos pasó por la cabeza. Sólo va a huir despavorido. (Y con razón, eh) Y se va a perder de conocernos realmente, después de que pase el "Just Met Rush". Cuando volvemos a ser dueñas de nuestra cabeza.
Ojo, que dado el caso de que el que tenga el brote psicótico sea él, como buenas incompresibles que somos, huimos nosotras, bajo el argumento tantas veces esgrimido de "ta loco el chabón ese".

Si, no hay ninguna que nos venga bien.

5 comentarios:

Thomas Lommío dijo...

Yo creo que no puede ser 'negativo' sacar a relucir ese brote psicótico.
A cualquier humano normal, le gusta recibir halagos, o sentirse querido, o saber que es interesante para otro, y sobre todo si es del sexo opuesto.

Puede resultar que el tipo reaccione como vos esperás, o no. Pero en todo caso, no tenés nada que perder.

Eso, al menos, es lo que pienso yo.
Saludos!

Sofía M. dijo...

Clap, clap, clap.
Es verdad. Es todo verdad. Nuestra psicosis, la verdadera, que no mostramos, los mandaría a mudarse de país!

A.Torrante dijo...

Bueno, no se publicó ché, pero básicamente te decía que gracias DANA!! Voy a imprimir este post como evidencia!!

Marialauchi dijo...

heit chu amiga!!!! salí ya de mi cabeza!!!!!

Dany dijo...

El controlarse no es privativo de las mujeres. Controlarse con la razón no es malo, a veces es cuestión de buscar ese equilibrio emocional con esfuerzo. Y en dos patadas ese esfuerzo lo mandamos al carajo con un ataque. jaja. Un beso.