sábado, 30 de octubre de 2010

El amor, la confianza, el pasado y el dolor

J. dijo una mentira y F. la descubrió. No es una mentira gorda, grandota y fea, de esas que hacen que se caiga la relación a pedazos. Es una mentira livianita, si se quiere, pero de esas que levantan polvo. Ellos hablaron del tema y la relación siguió adelante, pero parchada. Porque F. ya no confía de igual manera. F. me dice que a ella le habían mentido mucho en el pasado (otros, antes que J.), pero que no había dejado de creer en la pareja, y que en él había confiado más que en cualquier otro hombre en su vida, solo para descubrirlo en una mentira tan boluda como esta. F. está dispuesta a confiar de nuevo... pero ya no es lo mismo.
Ayer vi una película muy mala (Why did I get married too) pero que tenía una frase que me quedó retumbando en la cabeza, y hoy, mientras hablaba con mi amiga (F.) se me apareció en todo su esplendor, saltando en mi mente, levantando los brazos, gritándome. La frase es más bien un diálogo, entre una mujer y su actual marido. Dice algo así: "Es difícil tener a un buen hombre, luego de haber tenido a uno muy malo", a lo que el marido agrega "es difícil tener a una buena mujer que tuvo un mal hombre antes".
Entre la charla con F. y la frase, se armó un batido en mi cabeza, que es necesario poner en palabras.
Como mujer que soy, voy a hablar desde el punto de vista femenino, aunque creo que puede aplicar a los hombres también (pero, como ya se ha demostrado que no tengo la más puta idea de qué piensan los hombres, puedo estar equivocada en un 100%).
Y es que es muy fácil cuidarse el corazón después de una mala experiencia. Se logra con no tener jamás ninguna otra relación. El tema es que uno es obstinado, y ahí va y se enamora, poniéndose a tiro, con un blanco en el pecho. Uno se arriesga. Pero nadie tiene el historial limpio, prístino como una hoja en blanco.
Cuando tomamos coraje y empezamos una relación con un hombre, empezamos una discusión dentro nuestro entre dos partes que se disputan el poder: la parte cínica y la parte romántica. La primera es la que nos dice: son todos iguales, todos te van a mentir, todos te van a lastimar. La segunda es la que te afirma: ÉL es diferente. Y ahí vamos, metiéndonos en la relación, enamoradas, confiamos, porque al principio, la que manda es la romántica que todas llevamos dentro. Y cada paso que vemos que él hace en nuestra dirección hacia un futuro común es una sonrisa más amplia en la parte romántica que le repite a la parte cínica: "viste? ÉL es diferente".
Y la parte cínica guarda silencio, oculta entre las sombras.
Pero un día (que llega inevitablemente, en todas las parejas) hay algo que hace tambalear esa confianza, convirtiendo la sonrisa de romántica en una mueca de espanto. En el caso de mi amiga, una mentira. Entonces, cínica avanza con carteles, cortando calles, elevando pancartas y haciendo sonar cacerolas. Victoriosa, afirma: "viste? son todos iguales". Porque en definitiva, siempre estuvo ahí, escondido, el miedo a que cínica tuviera razón. Y una pierde la discusión consigo misma.
Porque si bien puede ser solo un tropezón, ínfimo, pequeñísimo, la confianza que se construyó con el optimismo de romántica, se desmorona, volviendo todo a foja cero. El pasado nos enseñó a cubrirnos para no ser golpeadas cuando se viene el azote. El dolor de ese tropezón no es un dolor nuevo, es la misma cicatriz que se reabre y vuelve a supurar. Cínica nos abre los brazos y nos brinda cobijo, para que sane la herida. En lo que respecta a la confianza, no hay grises. O existe, o no.
Y tal vez, romántica puede haber tenido razón y esta relación puede ser diferente. Tal vez ÉL sea diferente. Pero está en nosotras elegir qué voz escuchar. El pasado enseña, pero también nos marca. Creo que la frase tiene mucha verdad. Es difícil para una mujer ver que el hombre que está a su lado es bueno realmente, porque muchos hombres del pasado nos han lastimado, generando cicatrices muy difíciles de curar. Pero el amor es así. Uno se arriesga, le da al otro el poder de lastimarte, esperando que decida no hacerlo. Pero realmente vale la pena sentirlo.

Amiga, elijas la voz que elijas escuchar, yo estoy siempre para reir a tu lado o llorar con vos. Te quiero.

7 comentarios:

Tarja dijo...

me hiciste llorar guacha!!! Yo se que estas y estaras a mi lado... aunque a veces me cambies por EL, como anoche :P A veces pienso que la vida sería tanto mas facil si uno pudiera nutrirse solo del amor incondicional de los amigos y la familia... de los que siempre van a estar, no de los que vienen, matan, y se van... Te quiero!!!

Tarja dijo...

Pero nunca olvidemos las sabias palabras de mi madre, aunque no sean de ella, pero me vinieron en el momento justo: "el matrimonio (noviazgo si se quiere) es como un colectivo lleno, los que estan arriba se quieren bajar, y los que lo esperan solo se quieren subir" POR ALGO ME VOY A COMPRAR EL AUTO!!! JAJAJAJA!!

Constii_ dijo...

Terrible. Totalmente verdadero. Te sigo. Me encantó tu blog. Besos (:

Lulú dijo...

Tenes muchísma razón!
Me encantó tu blog, te sigo!

Un abrazo!

Marialauchi dijo...

está muy bueno corazona..

estamos todas romanticas en esta época... que mierda nos pasa? =P

debe ser la primavera...

tamadre

Ale dijo...

Siempre EL es diferente... para despues convertirse en parte del grupo "son todos iguales".

José Antonio (Joanimiko) dijo...

Querida amiga, todos los seres humanos somos diferentes, todos los hombres los somos!!
El problema radica muchas veces en la estrechez de mente y de corazón, sin duda lo más que anhelamos es lo mismo que más tememos, el amor. Pero, ¿vamos a encontrar al hombre de nuestra vida y besar el santo a las primeras de cambio? ¡no! Por supuesto que ¡no!. Chicas, ¡no!. No es sólo el hombre, son las circunstancias de cada persona y de la relación entre ambas, son muchos factores para que una relación vaya a popa!!!.
¿El tema es abrimos la mente y el corazón y apostamos por el amor o no?
¿Seremos capaces de que atrapar lo mejor del pasado y el pasado no nos atrape a nosotros?
Aquí el presenta apuesta por el amor.
Un beso.
José A.