Observo.
Tus ojos cerrados suavemente, tu pelo revuelto.
Tus labios apenas curvados en una media sonrisa.
Tus brazos abarcándome entera, nuestros cuerpos tocándose en cada centímetro posible.
Tu nariz pegada a mi cuello, respirándome.
Aprehendo.
Tus labios, tu sabor, tu aroma.
Que se me adhieran bien a la piel, para llevarte conmigo.
Para que seamos un solo humo.
Quiero.
Abrir los ojos a este paisaje.
Despertarme así cada mañana.
Siento.
Pocas cosas hay, más cercanas a la plenitud, que nuestro abrazo.
-¿A qué huelo?
- A cielo amor, a cielo.