lunes, 31 de diciembre de 2012

Brindis


Este año tuvo sus altibajos... muy altos, con mi Dantecito amado... y muy bajos, con un amigo que ya no está.
Este año me despellejó, dejando el alma al descubierto, sin protección, simplemente emociones y sentimientos.
Ante todo... en los altos y en los bajos, todo lo que sentí fue por amor.

Nunca está de más aprender de este sentimiento tan noble, aunque nos haga llorar de vez en cuando.


Brindo porque nunca pierda la capacidad de amar, a pesar del dolor, a pesar de las desilusiones, a pesar de las lágrimas.

Feliz año nuevo, gente querida.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El estado de derecho


"Hay en cada Estado tres clases de poderes: el poder legislativo, el poder ejecutivo de los asuntos que dependen del derecho de gentes y el poder ejecutivo de los que dependen del derecho civil.
Por el poder legislativo, el príncipe, o el magistrado, promulga leyes para cierto tiempo o para siempre, y enmienda o deroga las existentes. Por el segundo poder, dispone de la guerra y de la paz, envía o recibe embajadores, establece la seguridad, previene las invasiones. Por el tercero, castiga los delitos o juzga las diferencias entre particulares. Llamaremos a este poder judicial, y al otro, simplemente, poder ejecutivo del Estado. 
La libertad política de un ciudadano depende de la tranquilidad de espíritu que nace de la opinión que tiene cada uno de su seguridad. Y para que exista la libertad es necesario que el Gobierno sea tal que ningún ciudadano pueda temer nada de otro. 
Cuando el poder legislativo está unido al poder ejecutivo en la misma persona o en el mismo cuerpo no hay libertad porque se puede temer que el monarca o el Senado promulguen leyes tiránicas para hacerlas cumplir tiránicamente.
Tampoco hay libertad si el poder judicial no está separado del legislativo ni del ejecutivo. Si va unido al poder legislativo, el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, pues el juez sería al mismo tiempo legislador. Si va unido al poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor.
Todo estaría perdido si el mismo hombre, el mismo cuerpo de personas principales, de los nobles o del pueblo, ejerciera los tres poderes". 
(Montesquieu, Del espíritu de las leyes, XI, 6) (1748)


martes, 11 de diciembre de 2012

Exposición

Me desnudo ante vos.

Me quito cada una de mis prendas.
Me quito mi cadena, mi anillo.
Suelto mi pelo, que cae libre por mi espalda en una cascada de rulos.
Me quito mis zapatos.
Suavemente, paso una bola de algodón por mis labios, por mis ojos, por mi cara. Remuevo todo rastro de maquillaje.
Estiro mis brazos. Mi espalda. Mis piernas.

Esto es lo que soy.

Te muestro mi manojo de cicatrices, una, dos, tres.
Mis lunares.
Mi manchita de nacimiento.
Mis pecas.

Esto es lo que soy.

Me quito también mi máscara de mujer dura.
Me saco mi armadura de "nada me alcanza".
Me borro la sonrisa de "está todo bien".
Quito mis anteojos de filtrar lo malo.
Cambio mi léxico profesional por las palabras de la emoción.
Retengo mi lengua punzante y rápida y la cambio por la que no sabe cómo decirte ciertas cosas.

Esto es lo que soy.

mi piel, herida, marcada.
mis ojos grandes, abiertos, húmedos, con miedo.
mis manos, siempre frías, nunca quietas.
mis labios, secos, entreabiertos, mordidos.
mi corazón, aventurero y lleno de espinas.
mi mente, enredada, soñadora, complicada.

Esto es todo lo que soy.

Sin artificios, sin espadas ni escudos, ni muros ni murallas, ni vados, ni dragones.
Sin nubes de tormenta ni esponjosas ni rosadas.
Sin construcciones de defensa, sin rompeolas, sin lágrimas ni paraguas.

Esto, nada más que esto, todo esto.
Es lo que soy.