miércoles, 26 de enero de 2011

Sobre la relatividad de los buenos tiempos.

Todo tiempo pasado fue mejor. Ésta.
Lo que pasa es que una solo se acuerda de las cosas lindas, y va borrando de la memoria las cosas feas, como en "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", pero selectivo. O sea, no es que te olvides olvides. La posta es que están ahí los recuerdos. Lo que pasa es que cuando te agarra la nostalgia del dormir abrazaditos, empezás a pensar pelotudeces, echarte la culpa por otras idioteces, y terminás mirando con una sonrisa el pasado, recordando con labios temblorosos esa lejana sensación de felicidad absoluta que te embargaba cuando estabas con X. Ahora bien, si realmente te pones a pensar, en realidad, X te gorreaba, te mentía, se cagaba bien en vos. Ahhh pero cómo te quería!!! Una es muy muy pelotuda a veces.
Pero es inevitable, cuando te pega la melancolía, una pierde un cacho de masa encefálica y empieza a añorar lo irreal. Porque en realidad no extrañás a X, extrañás la idea de X en tu cabeza. Una siempre sale con dos personas al mismo tiempo. El chico real, y el chico irreal. El chico real es una persona que tiene defectos y virtudes, un trabajo, ex novias, una madre, amigos, una vida entera antes de conocerte. El chico irreal es la persona que nosotras vamos creando en nuestra mente para justificar esos "defectos" que tiene el chico real.
Ejemplo práctico: Chico real salió a bailar con sus amigos y manda un mensaje a las 3 de la mañana, bastante ebrio y bastante caliente. La realidad es que ese mensaje o era para controlar qué estabas haciendo vos, o era para que te quedes tranquila y no le hagas un escándalo al día siguiente, o era para ver si esa noche tenía algo de acción. En nuestra cabeza, aunque no lo demostremos, porque en ese momento seguramente estamos enojadas, chico irreal estaba pensando en nosotras. Supongamos que esa relación se terminó por cualquier motivo y un tiempo después, sola, empezás a pensar qué carajos has hecho bien en esta vida. Y te ponés a mirar para atrás... y ves a chico irreal, que salió con los amigos, pero estuvo toda la noche mensajeándote porque te extrañaba... ése sí que te quería... y lo dejaste ir... ¿En qué estabas pensando?
Sólo haciendo un posterior análisis (preferentemente de día y con una amiga) recordás que en realidad salía siempre con los amigos y te dejaba sola, o te mentía, o era super celoso y controlador, o tenía muy mal gusto, o lo que sea que haya hecho que la relación se fuera al carajo. Pero en ese momento de debilidad, de melancolía, en ese momento sólo te acordás de lo bueno. Es en ese momento en que una debería DEBE apagar el celular, cerrar el Msn y el Facebook. Y bajo ninguna circunstancia, mandar ese mensaje que, en nuestra mente, debilitada por la pérdida de masa encefálica, va a solucionar nuestras vidas, llevándonos a los brazos de "el chico bueno que dejé ir por idiota".
A hacer fuerza y recordar todo, que por algo se terminó. Eso de que todo tiempo pasado fue mejor es una falacia. Una hermosa y seductora falacia. Pero falacia al fin.

viernes, 21 de enero de 2011

Y se vienen los 28. La puta...

El mes que viene cumplo 28 años.
Cuando era chica siempre decía que los 28 eran una edad hermosa para casarse. Me imaginaba con una pareja estable, la carrera encaminada, organizando la boda y una familia propia. Capaz que soñando con un vástago también.
En vez de todo eso, soy una chica (no mujer, chica) que se asusta del paso del tiempo, que no tiene pareja ni vislumbra una en el futuro cercano, que toma las decisiones y después le cuesta actuar en consecuencia, que tiene la habitación enquilombada como una adolescente, que se siente muy joven como para cumplir 28.
Me pasa que en la calle me dicen señora y me enoja. Señora es mi mamá, yo no soy señora, imbécil. Me pasa que este año (si todo sale bien) voy a empezar a dar clases en un colegio secundario, donde verdaderos adolescentes me van a ver como "la vieja de historia" o "la vieja de cívica", porque ser profesora es de adultos. Me pasa que me junto con mis amigas y sigo hablando pavadas. Me pasa que, al igual que a los 20, una juntada "tranqui" con mis amigos puede terminar a la madrugada, reventados de alcohol, partiéndonos de risa. Eso no es de adultos. ¿Cómo voy a cumplir 28 si ni siquiera sé qué quiero hacer de mi vida?
Pero bueno, como no me quiero deprimir (como todos los años para esta fecha) voy a hacer una lista de cosas que están buenas de cumplir años:
* Te podés emborrachar mucho, con la excusa de que estás depre...
* Te hacen regalos.
* La gente que te quiere te llama o te visita, lo cual está muy bueno siempre.
* Hay alcohol, mucho, siempre.
* Hay comida, eso seguro...
* La gente te abraza mucho, riéndose, lo cual es contagioso...
* Te desean buenas cosas.

No se me ocurre más nada que sea positivo de cumplir años. Es que estar más viejo es una mierda, se lo mire por donde se lo mire.

Una canción alusiva, está fantástica, bubu...

miércoles, 19 de enero de 2011

Un viaje para olvidar.

Taxista cordobés, pelo largo, anteojos de sol espejados, pinta de cantante de cumbia gordo. Yo, pasajera que lo toma a pleno mediodía, transpirando bulucas y con cara de no me rompas las pelotas.

Y, como te trata el día?
Uff, cansada
Casada?
No, cansada, jaja
Venis de trabajar?
No, del centro. Tomemos por la ruta (...)
Y de qué trabajás?
Soy abogada, seguimos derecho hasta...
Ahh yo necesito una abogada jeje, Usted me representaría? (Notesé que ahora me trata de Ud.)
Y qué le anda pasando?
Voy a prender fuego dos Remises
...
No uno ni tres, dos. Ya tengo quién me lo haga por ocho lucas. ¿Quiere ser mi abogada?
Ehhh, no gracias...
Faa, me crucé con la única abogada con mucho trabajo en Córdoba
No, pero no me parece correcto lo que Ud. quiere hacer, por lo que no lo quiero representar (me quiero bajar me quiero bajar me quiero bajar)
Seguro que tiene Remis Ud.
No, no, no tengo nada, pero...
Su marido seguro...
No no.
Tu novio?
No, en serio, nadie que conozca tiene remis.
Bueno, mejor, porque voy a prender fuego dos.
...
...
...
Entonces, no estás casada? (Vuelve a tratarme de vos)
Ehmm no
Y novio tenés?
Ehmm, no
Yo estoy separado
...
Claro, pero una abogada como vos no va a querer salir con un taxista. Encima no me querés representar.
Ehmmm
Mirá que sos linda, eh, pero querés a los remiseros, no te voy a invitar a salir.
...
No me das tu teléfono?
No, disculpe. Por acá esta bien, antes de la esquina...
En serio, si querés podemos salir a tomar algo...
No, gracias. Ehh aquí tiene (de doy $20, el viaje salía $16.20)
Bueno, monedas no tengo, te cobro 16, a ver si haciéndote descuento me das tu número.
Ahh que gracioso, disculpe, que tenga buen día. (me bajo, rápido)
No te olvides nada, bonita.
(Corro a mi casa)
Ok... vamos a analizar... no, no, mejor no analizo nada. La gente está mal. En serio.

sábado, 8 de enero de 2011

Terminar

No puedo terminar las relaciones como la mayoría de la gente, con un portazo, una cachetada y un nunca más.
Generalmente me enojo por un tiempo, pero después se me pasa el enojo y me quedan los recuerdos (ojo, los lindos y los feos) y nada más. Me gusta entender las cosas que pasan en mi vida, razonarlas. Y este viraje es totalmente lógico. Llegamos a un punto en que no se puede avanzar más. No se puede, porque, en verdad, no se quiere. Y uno no dice eso en la cara porque cree que es muy cruel y doloroso. Pero la verdad es que los sacrificios se hacen si se tienen ganas. Y si no, se ven como obstáculos. Si todo lo que tenemos en frente son obstáculos, significa que dejó de valer la pena, que ya no hay ganas de ceder. Que ya no tiene sentido. Esta relación ya no era lógicamente viable.
Entonces ya no puedo estar enojada, ni triste. Ya no puedo pegar un portazo, dos gritos y una cachetada, haciendo una salida dramática.
Y eso implica que muchas veces, después de terminar las relaciones con casi todos mis exes, sigo teniendo una relación amable, y hasta cariñosa.
Cuando te cruce por la calle no voy a mirar para otro lado, tampoco voy a avergonzarme ni querer huir. Probablemente te salude y nos quedemos charlando un rato. Probablemente me alegre si te veo bien, feliz. Porque todas las veces que te dije que yo lo que quería era que lo fueras, no implicaba necesariamente el "a mi lado".
Entonces, una sonrisa por los bellos momentos, una mirada pícara por algunos otros momentos, y un beso de despedida, que borra de un plumazo los castillos dibujados en el aire. Como dije hace un tiempo... fue un placer cantar contigo.