lunes, 27 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

A veces

A veces no tengo ganas de verte, quiero que me extrañes, que me sufras, que te duela.
A veces fantaseo con dar media vuelta a mitad de un beso y decirte adiós, para que sientas mi ausencia.
A veces me dan ganas de romperte la cabeza, golpearte fuerte fuerte, lastimarte de verdad.
A veces quiero ser más fria y mandarte a la mierda.
A veces quiero arrancarte la ropa, romperte la piel a arañazos, quitarte los convencionalismos a fuerza de besos.
A veces solo me motiva el verte, el tenerte cerca.
A veces te siento en mi piel aunque ya no estes cerca.
A veces te veo vacío y quiero sacudirte, para que reacciones.
Hoy es algunas de esas veces.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ciclotimia galopante

Día de mierda, me golpeo la cabeza, no me aceptan un billete, puteo al kioskero, me enojo con el cajero, insulto la lentitud del chofer, no quiero trabajar, esta puta musa que no baja, no puedo escribir nada, está todo cerrado y no tengo puchos, igual quería dejar de fumar pero justo ahora, en este día de mierda, se me antoja y está todo cerrado, me quedé dormida, hay mucha humedad y mi pelo es un desastre. Todo es una mierda.
Y escucho una canción que habla de una abeja enamorada, y sonrío como idiota y me acuerdo de su sonrisa y noto la mía, sueño despierta construyendo castillos en el aire, y escucho canciones cursis y me encuentro en todas, salvo las tristes, y me imagino el reencuentro y los besos que guardé este tiempo, y me doy cuenta de que es muy asquerosamente meloso, y me reto a mí misma, pero en el fondo, sonrío.
Y después me pregunto por qué nadie me entiende...

martes, 7 de septiembre de 2010

Reacciones medidas

Si exploto como debiera, no te quedan pestañas, soy fuego y te quemo, calcino tu mente, tus ideas, tus huellas, tu cuerpo. Si no exploto, me rompo por dentro, generando oleadas de bronca que por no ser manifiesta, me quema, de deshace los órganos, me inmola en silencio.
Si te digo las palabras que acuden a mi bronca, mirarías con ojos desorbitados a esta mujer que te grita, incapaz de comprender qué tipo de volcán ha explotado en mis venas y derrama su lava en mi boca, incapaz de entender una sola de las frases que se retuercen entre los dientes apretados. Si no las digo, callando la ira, aplacando las voces, sonriendo estúpidamente ante las situaciones más irreales que manan de tus labios, entonces, si callo, entonces me encuentras dócil, me encuentras llevadera, compatibles ambos.
Si mi cara expresa libremente el estado de ánimo en ciertas circunstancias, no pensarías en mi sonrisa, sino en mi rictus, en mi mandíbula haciendo crujir las muelas, desgastándolas de rabia mientras te miro con ojos rojos, fulminantes. Si mi cara se controla, solo deja ver los ojos húmedos, que puede ser tomado por tristeza o emoción, confundido con lágrimas, pero jamás entendidos como ira.
Yo soy ese punto medio. Entre mis ganas de matar y mi autocontrol externo. A veces revoleo ojos por no revolear trompadas. A veces no sonrío y soy una piedra. A veces susurro cuando por dentro explotan verborrágicas acusaciones. Soy la lucha entre los dos extremos, entre el fuego y el hielo.