lunes, 26 de octubre de 2009

Infatuation.

Sonrisas que no dejan de manar de mi boca. Libido que se exalta a la menor provocación. Sensibilidad extrema a los roces de la ropa, de las sábanas. Súbito despertar de mi cuerpo. Aceptación de vulnerabilidades. Deseo.
Me gusto. Cada vez más.

miércoles, 21 de octubre de 2009

La fidelidad. Un mirar.

La fidelidad es un bicho que no termino de entender.

Digo bicho porque cuando no se bien qué es algo solo quedan dos posibilidades dentro de mi mente: o cosa o bicho. Cosa, no creo que sea, ya que junto a los muchos Derechos Privados que ya cursé (y estudié, y aprendí, y, lo más importante, aprobé) vino un concepto de cosa que no puedo dejar de lado (a fuego me lo metieron, tatuado lo llevo) como objeto material susceptible de tener un valor pecuniario. Evidentemente, la fidelidad no es un objeto material. Mucho menos, es susceptible de tener un valor pecuniario (aunque, pensándolo bien, la infidelidad, probada en juicio, podría tener un valor pecuniario, valor para el receptor de los cuernos, como quien dice... pero esa es la infidelidad, y ahora hablo de la fidelidad, asi que... no). Entonces, fidelidad, como cosa, queda descartada. Lo cual deja, dentro de mi obtusa mente, solo la posibilidad de que sea un bicho. Por lo tanto, continúo mi idea original, la fidelidad, es un bicho que no termino de entender.

Siempre que escucho/leo que "no pasó nada, por respeto a mi novi@", me hierve la sangre. Y no es que sea una libertina ni una moralista, sólo que el hecho de que la frase diga "por respeto al otr@", me saca.

A ver, si tenes ganas... YA FUISTE INFIEL. Así de fácil. Así de corta.

No digo ganas onda "uhhh Paul Bettany está para matarlo" (porque eso es entendible, y verdad). Digo ganas, ganas. Como ese compañerito de la facu que cada vez que lo ves tenés al flautista de Hamelin en la cabeza, regalando cheetos. O esa compañera del laburo que cada vez que pasa cerca... ... no sé... no sé que pasa por la cabeza de los hombres (ni idea, la verdad)... me imagino que no la verán en las mismas posiciones que hace en la oficina... o si.

Retomando, iba por lo de YA FUISTE INFIEL. Con tu novi@, porque la verdad, el/la que te hacia esas cosas en tu mente no era exactamente tu pareja. Y si seguimos el tradicional concepto de fidelidad (que no comparto, pero hasta que no exponga mi teoría, es válido) también se es infiel de pensamiento. Por lo que, más allá de que "respetes a tu novi@" porque "no pasó nada", si existía la posibilidad de que "pase algo" pero te frenaste, por respeto, igual fuiste infiel.

Ahora bien... lo peor de todo no es que le fuiste infiel a otr@, sino que te fuiste infiel a vos. Ahora paso a explayarme en lo que es mi teoría de la fidelidad. Yo pienso que la fidelidad debe ser con uno mismo. O sea... no hay que mentirse a uno mismo. Si estás con alguien, y estás bien con ese alguien, no te van a dar ganas de estar con otro alguien. Se te puede aparecer Paul Bettany en pelotas diciéndote que sos el amor de su vida (jajaja, si seguro) y no se te va a mover un pelo. Lo vas a mirar, obvio. Y remirar. Pero el peinado, ni se enteró. Pero, y acá viene lo de ser fiel con uno mismo, si te dan ganas... es porque no estás tan bien. Y llegó el momento de preguntarte ¿qué onda esto? Y, por sobre todas las cosas, de decidir. Decidir mejorar las cosas, o decidir terminarlas. O cambiarlas. O lo que sea. Pero no de mentirse a uno mismo, diciendo "por respeto" al otr@. Sino de respetarse y decirse la verdad. De frente.

martes, 20 de octubre de 2009

Sobre la nece(si)dad de saber las respuestas

Una de mis manías es la necesidad imperiosa de saber las respuestas. No es que sepa todo, ni cerca, pero cada vez que me preguntan algo, o me pregunto a mi misma algo, necesito saberlo. Averiguarlo. Me molesta en demasía el ignorar algo particular. Algunas veces me genera insomnio la falta de una respuesta. No es que vaya a cambiar mi vida el saberlas, no son preguntas que vayan a resolver un enigma del mundo, no salvarán vidas mis respuestas, no generarán una revolución paradigmática ni serán la base a alguna doctrina que genere controversias en el mundo académico. Son simples respuestas a simples preguntas. La gente generalmente las da por sentadas, o no se preguntó jamas esa pavada. Pero me persiguen esas preguntas. Y me carcomen el cerebro. Por ahi juego a ignorarlas. Hay preguntas que aún no he podido responderme, y para evitar la maquinación nocturna intento pensar en otras cosas. Pero aparentemente mi mente tiene varios niveles. Puedo en un primer nivel estar pensando en una pared blanca blanca blanca, sin ninguna imperfección (porque me recomendaron que piense en eso cuando no me puedo dormir, hasta ahora nunca funcionó, pero bueh...) y por debajo de esa pared se me aparece la ignorancia del día... casi casi se pinta la pregunta en esa pared inmaculada, en forma de un grafitti, manchándome mi creación mental con una explosión de colores violentos que me despeina el intento de sueño. Hay preguntas que me persiguen desde hace años, a las que ya estoy aprendiendo a meter en cajitas donde tendrían, en teoría que quedarse, quietitas y sin hacer alboroto, hasta que algún día tenga la ansiada respuesta. Hoy, la pregunta es una metapregunta. Es una pregunta sobre las preguntas, un metalenguaje. ¿Podré ignorarla?

lunes, 19 de octubre de 2009

Irrealidad

Desde que lo miro me nace un nosequé desde acá adentro que no puedo controlar. Lo miro lo miro lo miro... y me genera una inquietud física, un deseo táctil que se limita por la irrealidad de su existencia. Porque si sólo existe en mi mente es irreal. Ya aprendí con Descartes que sólo las sensaciones son lo real, y que los sueños me mienten. Pero lo miro. Y lo sueño. Y lo que aprendí me lo olvido y ya no sé que hacer con este mar oleándome en el pecho. Y sueño con que el límite de lo táctil se supera. Y que el mar por fin ahoga los miedos y las reservas. Pero los sueños me mienten y solo lo real es real. Si no es real, no es real. Eso es una tautología, es tan simple, es tan obvio, es una redundancia. ¿Porqué insisto en bañar de realidad una irrealidad? ¿Seré idiota acaso?
Ahhh pero lo sueño y es real. Y lo miro, y es real. Y lo pienso, y es real.
Maldigo las contradicciones que abarco.