sábado, 10 de diciembre de 2005

Humo

Los ojos solo ven una parte de él, la externa. Su aroma lo reconoce entre la gente, lo distingue, lo hace único e igual a otro recuerdo, antiguo, lejano y presente. No lo ven los demás, no lo sienten. Es el vivo sentir de estar junto, de estar. Lo busco y no lo encuentro, mientras él duerme en mi cama, vive en mi casa y me ama desnudo. Hay veces que lo veo, lo encuentro y lo observo. Él me ama a mí, al espiral de vueltas incompletas de mi vida. No me entiende, me deja libre y me apresa en sus manos. En sus brazos me siento sola, completa y desnuda. Me siento, soy conciente de mi inconciencia, me entrego. Y me rescato. Y también me voy. Me escapo de su voz, de sus preguntas de sus respuestas y de su piel. Y lo vuelvo a encontrar en esas lágrimas que se me escapan, en esos momentos de luz interna y en el momento del amor. Se me escapa de las manos, me voy y vuelvo. Y ahí está. Me ama. Y me odia. No me aguanta y me tiene paciencia. Y lo amo. Y lo odio. Y es insoportablemente dulce y cruel. Y sus ojos color humo negro me encuentran y bostezamos juntos, estornudamos juntos y morimos juntos.Y no sé porqué lo amo. Y no entiendo cómo me ama. Pero es único. Es mío y de nadie. Es libre y no vuela. Tiene alas y se estaciona, sólo camina, ni siquiera corre. Y sueña sueños de estrellas y colores dorados y vive en color bronce y hasta a veces plata. El humo de su piel se infiltra en mi ropa y me enciende la memoria. Y mi boca lo extraña, a veces. Y hasta a veces hablamos y nos decimos el corazón mientras lo leemos en nuestros ojos, y jugamos a dejarnos. Y peleamos a no ser, a no vivir. Y se nos acerca el tiempo y se nos aleja el día. A la noche nos besamos y nos enojamos. Y terminamos definitivamente dos minutos antes del amor. Y él dice que me reconoce entre la gente por mi aroma a humo único y por el gris humo de mis ojos. Y entonces, cuando reímos, volvemos a empezar, a decirnos el alma a leernos la mente y a morirnos de mimos, ahogados por la necesidad de vernos de sentirnos de tocarnos y de amarnos. Y seguimos siendo dos. Y tal vez uno. Y tal vez más.

viernes, 2 de diciembre de 2005

Tiempo

Gustaría... no es posible
el tiempo maquina... transita... se aleja y se apura
maldito
hoy es uno de esos días en que no es mi mundo
hoy no es
el lunes se acerca amenazante... y el tiempo se apura
desgraciado
debería estar lejos muy muy lejos
donde no me de la luz del nuevo día
donde los minutos tarden hermosas horas
con las que pueda contar
y sin embargo aquí estoy
harta de todo y sin nada en mis manos
salvo los minutos gastados
resecos
muertos
y los malditos se me caen temiendo que los vuelva a usar